viernes, 23 de septiembre de 2011

Hombre Nuevo cuasi huérfano.

Como cada mañana al despertar, llamó a su madre, que mimosa le animaba a salir de la cama a besos.

Pero ese día le noto un tanto rígida y distante. Percibiendo que algo grave había pasado, calló obediente y salió de la cama sin mucho alboroto.

Ya en la cocina, en silencio, veía como el sol del desayuno se colaba por la ventana...faltaba algo...

Agarrando con sus pequeñas manos la pequeña jarra de aluminio llena de dulce leche tibia, preguntó por él.

Su madre le miró y en sus ojos había dolor, frustración y unas contenidas lágrimas. No estaba.

Quizás esta sea la historia de cualquier niño o niña en la Cuba de la "revolución".

Una de las tantas despedidas que han tenido que vivir millones de inocentes en su infancia. Esa etapa donde cualquier explicación es incomprensible e inútil.

Aprender a aceptar que una parte del corazón se ha ido a vivir a un país lejano, mientras se añora a un padre o una madre que tuvo que "abandonarle" para poder ofrecerle un futuro mejor...

Y mientras tanto, llega la adolescencia que se vuelca en las venas con millones de preguntas sin respuestas que se pierden en el tiempo.

Desde la intolerancia de la ideología extremista del gobierno de Cuba, en pleno siglo XXI, ignora el carácter sagrado de la familia.

Desde que hace poco mas de medio siglo instaló en la isla la más longeva de sus dictaduras, millones de padres y madres ven cada día como su Patria Potestad es pisoteada al no permitirles elegir la Educación para sus hijos o al impedirle a sus hijos que, por ser niños, viajen al extranjero a visitarles.

No en todos los casos los niños cubanos pueden salir y volver al que, por derecho de nacimiento, es su país. Solo si ese progenitor, al que visitan, tiene el Permiso de Residencia en el Extranjero (PRE).

Esto, señores, es una flagrante violación de la Declaración de las Derechos Humanos de la ONU, de la que Cuba es firmante.

Muchos de los que defienden al régimen de La Habana ignoran (o quieren ignorar) la violación constante de este y muchos otros derechos que deberían hacer de nosotros, un ser más humano, más digno y pleno.

¿Es ese el Hombre Nuevo que pretendían crear? ¿Un cuasi huérfano?

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