lunes, 19 de septiembre de 2011

Había una vez...

...un joven cubano que se ahogaba sin futuro en una isla del caribe. Jamás se le pasó por la cabeza que se cruzara en su destino la posibilidad de emigrar, ¡y mucho menos a Europa!

Pero así fue y, como cualquier cubano con ideas propias y aspiraciones en la vida, aceptó la oportunidad de escapar "del odio, del rencor y la apatía", como dice Willy.



Un avión de Air Europa le abrió la puerta a un nuevo mundo. Era la primera escala de un largo camino...

Recuerdo mis miedos a que el avión diera la vuelta y me regresara a La Habana.... ¡Dios, que nervios!

Recuerdo mis miedos a que cualquier coche de policia, ya en Madrid, parara, me detuviera y devolviera a Cuba... ¡Madre mía!

Y ni hablar de esos duros años sin "papeles" que hacían de mi un desempleadísimo cuasi-esclavo de este siglo, un Don Nadie... Pues es sabido que después de 11 meses fuera de la isla, mi "gobierno" se desentendía de mí, y aquí solo era un ilegal más. Mi "suerte" es que, al ser cubano tenía la piel curtida de desprecios y exclusiones.¡Sobreviví!

Hoy siendo ciudadano español, agradezco la oportunidad que me dio esta sociedad imperfecta, pero, desde luego, a años luz de la que se vive ahora mismo en mi tierra.

Estos son días de celebración... Es mi segundo cumpleaños.

Gracias a toda la gente maravillosa y buena que me tendido una mano, o me ha puesto el hombro.

Gracias a aquella señora que me dio de comer, a aquella familia que me acogió, a aquellos que me regalaron ropa, mantas... a los que me ayudaron en mis trámites legales.

Gracias a los que no me permitieron flaquear y me impulsaron.

Espero no defraudarles, ¡NUNCA!
¡Viva España!

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